La abundancia y prosperidad.


 A continuación he realizado una sintésis del libro "Las siete leyes espirituales del éxito" de Deepak Chopra. Es un libro que muestra una forma de ver la riqueza desde la perspectiva oriental. Así, la abundancia, la prosperidad y el éxito van más de la mano con la felicidad y salud que con el dinero. Un punto de vista muy interesante y viene de un escritor de varios Best Sellers en USA. A continuación cito libremente, resumo y comento dicho libro que he disfrutado en su lectura.



Conceptos básicos.




Afluencia. Flujo constante y abundante de todas las cosas buenas hacia ti.



Abundancia. Estado mental en que, dado que se tiene suficiente (material, afectivo, espiritual, etc.) se desean compartir los bienes. En la abundancia es antónimo de la escasez. La vida de abundancia es plenitud: plenitud en los bienes materiales, pero sobre todo plenitud espiritual, plenitud de relaciones, despreocupación. Está íntimamente relacionada a la Felicidad del individuo.



Riqueza. No consiste en tener acumulado muchos bienes, si no más bien un considerable caudal de bienes.



Felicidad. Estado mental de plenitud. Implica el logro de los objetivos, aceptación de la vida y se relaciona con el éxito, la salud, la abundancia y la riqueza espiritual.



Permítaseme aclarar, que en muchos textos que hablan de la riqueza, la abundancia y la prosperidad se enfocan engañosamente en el dinero y los bienes materiales, pero el espíritu y la mente deben de tenerse en mayor consideración en nuestra búsqueda del éxito del individuo, como un camino de plenitud y satisfacción. Ahora hablaré sobre la forma que toman estos en el universo, dada la extensión del tema se presentarán varios trazados, siendo éste el primero de ellos.













El universo y las leyes que lo rigen.




Con el conocimiento y práctica de las leyes que gobiernan el universo, y en especial de las leyes espirituales del éxito, nos ponemos en armonía con el universo, con la naturaleza y creamos con despreocupación alegría y amor.



Hay muchos aspectos del éxito; el material es solo un aspecto más, pero no el único. El éxito  más aún es el camino más no el destino. Además de la afluencia material, el éxito se compone de: salud, energía, entusiasmo, relaciones personales plenas, libertad, estabilidad emocional y psicológica, creatividad, sentido de bienestar y paz de mente.



Aún cuando gocemos de estas cosas, no disfrutaremos ni estaremos satisfechos a menos que alimentemos nuestro espíritu. Y nuestro espíritu es en realidad divinidad disfrazada, los embriones de los dioses que están en nuestro interior, mismos embriones que buscan materializarse. Así, el éxito es la experiencia cotidiana de lo milagroso.



El éxito está gobernado por leyes naturales, al igual que todo en el universo. Entenderlas y manejarlas a favor propio invoca la abundancia y prosperidad.  A saber, dichas leyes son siete, comenzaremos con dos que son las siguientes:



1ª Ley, de Potencialidad Pura.




Esta ley se basa en el hecho de que somos en nuestro estado esencial conciencia pura. Conciencia pura es potencialidad pura; un punto donde todo es posible, no hay límite a la creatividad; alegría pura, conocimiento puro; silencio infinito, equilibrio perfecto, invencibilidad, simplicidad y bienaventuranza. Es así que la primera ley está en reconocer que somos en esencia divinidad que nos da acceso a la creación de todo lo que nos rodea, todo lo que queramos, deseemos o soñemos.



En nuestros interior habita el espíritu que es energía que está ligada a la energía del universo, al Ser Superior, al campo de potencialidad pura. En medida de la conciencia que tengamos de este hecho nos acercamos al éxito, a la abundancia y la felicidad. Luego, el primer paso es acceder a nuestro campo de potencialidad pura, a nuestro espíritu a través de la meditación y contemplación.



Para oír nuestro Yo Verdadero, es necesario aprender a guardar silencio, a acallar nuestros juicios y comenzar a contemplar el universo, tal cual,  para comprenderlo y aceptarlo. Al lograrlo viviremos sin temores, sin necesidad de máscaras sociales, humildes, pero sin sentirnos inferiores a nadie; libres y plenos.  Comprenderemos así que nuestras almas son parte de un todo y que todos los seres somos iguales y parte de lo  mismo; integrados así al universo. La abundancia del universo, el prodigioso escaparate de la riqueza. Ni el dinero ni el éxito resolverán los problemas existenciales, solo la intimidad con el Ser producirá una verdadera sensación de plenitud, saciedad y curación.



2ª Ley, del Dar y Recibir, del intercambio, ó de la circulación.




El universo opera a través de la dinámica de cambio... dar y recibir son dos caras del flujo de energía en el universo. Cuando nos disponemos a dar, mantenemos la abundancia del universo circulando en nuestras vidas. Por el contrario, detener el flujo es como cortar la circulación de sangre en un ser vivo.



En el caso del dinero es similar, pues el dinero sigue esta misma ley.  Querer retenerlo, atesorarlo detiene el flujo del universo.



Una semilla es la promesa de miles de bosques, pero la semilla no se debe atesorar, debe dar su inteligencia al suelo fértil. A través de lo que tiene que dar, su energía imperceptible fluye hacia su manifestación material. Mientras más das, más recibes. De hecho, cualquier cosa que sea de valor en la vida, solo se multiplica cuando se da.



Si sientes que al dar has perdido algo, entonces el intercambio no es verdadero; no hay energía circulando. No hay aumento en el recibir. La intención detrás de la permuta debe ser siempre de crear felicidad para el que da y para el que recibe. La felicidad es el apoyo y sustento de la vida y por eso genera abundancia.



Así practicar esta ley es sencillo: si quieres dinero, da dinero; si lo que buscas es amor, da amor a los demás; si necesitas algo, ayuda a los demás a conseguirlo. Si buscas abundancia, ayuda a otros a tenerla. Este principio opera en todos los niveles de la sociedad: individuos, sociedades, corporaciones, pueblos y naciones. Cada vez que tengas contacto con alguien, dale algo; puede ser material, pero pude no serlo. De hecho, las formas más poderosas de experimentar esta ley es dar algo inmaterial, como por ejemplo una bendición de manera silenciosa, con el pensamiento.







3ª Ley, del Karma o Causa – Efecto.




Es una ley conocida por todos y familiar a cualquiera. Baste mencionar el dicho “Lo que siembras, cosechas”. Pero detengámonos a revisarla.



En cada momento de nuestra vida, estamos en el campo de todas las posibilidades, donde podemos tener acceso a una infinidad de elecciones. Elecciones que hacemos de manera consciente o inconsciente. Nos agrade o no, lo sepamos o no, nuestras circunstancias actuales son fruto de las decisiones hechas en el pasado.



En muchas ocasiones en lugar de elegir, respondemos de manera inconsciente, condicionados por el pasado: reactivamente. Tal como las ratas de Pavlov. Si nos detenemos a revisar nuestras decisiones y atestiguar su proceso de elección, llevamos del campo de inconciencia al reino de la conciencia. Esto es un proceso poderoso.





Para vivir y aprovechar esta ley, debemos hacernos concientes de las decisiones que tomamos y preguntarnos:



p  ¿Cuáles son las consecuencias de esta decisión?

p  ¿Esta decisión traerá felicidad a mi y los que me rodean?



Nuestro cuerpo nos hará saber la respuesta. Sentiremos dolor cuando estemos haciendo mal. Es un mecanismo del universo para hacernos saber el camino correcto. Por el contrario, una sensación de bienestar nos llenará  cuando tomemos una buena elección.

Se puede crear dinero y atraer bienes materiales a través del karma, siempre que se desee: haciéndose consciente de que tu futuro se genera hoy con las decisiones que se tomen hoy.



¿Qué pasa con el karma de elecciones hechas en el pasado? Bueno, pues puede suceder cualquiera de las siguientes tres cosas.



  1. puedes pagar el karma, aunque a veces es muy doloroso e implica sufrimiento.
  2. puedes transmutar el karma tomando conocimientos de nuestros errores y compartiendo esa sabiduría con otros.
  3. Trascender el karma, a través de lavar nuestros errores en el Ser, en el espíritu, meditando y reflexionando, con el arrepentimiento y el  perdón.





4ª Ley, Del Tao o Menor Resistencia o menor Entalpía.




Cuando enlazamos las fuerzas de armonía, felicidad y amor, creamos éxito y buena fortuna sin ningún esfuerzo: la tierra no trata de girar sobre su propio eje, la tierra gira a velocidades vertiginosas sobre su propio eje, sin precipitarse por el espacio. Así la naturaleza del hombre es manifestar de manera fácil, sin esfuerzo nuestros sueños para que se conviertan en su forma física.



Puedes generar, almacenar o gastar energía. Si sabes generar, almacenar y gastar energía de forma eficiente, entonces puedes crear riquezas infinitas. Muchos humanos le ponemos mucha atención en satisfacer al ego, esto consume mucha energía inútilmente. Al liberar esa energía puedes canalizarla para crear cualquier cosa que desees.



Hay tres componentes de la ley de menor esfuerzo:

p  Aceptación. Aceptar la realidad como es, no como deseas que fuere; pero no significa que no desees cambiarla en lo futuro. Cuando te sientes incómodo con alguien o algo, recuerda que tus reacciones son hacia tus sentimientos, y esto no es culpa de nadie. Entonces estás listo para la responsabilidad sobre la situación, así llegamos al siguiente factor.

p  Responsabilidad. Esto es no culpar a nada ni nadie y al aceptarlo se tienen la habilidad de dar una respuesta creativa. Todos los problemas contienen la semilla de la oportunidad. Esta conciencia nos permite transformar el momento en algo mejor. Siempre que te enfrentes a algo o alguien que te atormente recuérdate “este momento es como debiera ser” y ten presente que ese momento es precisamente lo que tu necesitas en la vida; hay un significado oculto detrás de cada evento y ese significado está sirviendo para tu propia evolución.

p  Ser indefenso. Esto quiere decir que debes concentrarte en no defenderte, que se ha renunciado a la necesidad de convencer a los otros de tu punto de vista. Con sólo hacer esto tendrás acceso a enormes cantidades de energía que se han desperdiciado antes. No te mantengas rígido como el roble, que se cuartea y cae en la tormenta; mejor sé como el junquillo, flexible y sobrevive la adversidad.



Si se deja de poner resistencia, de defenderse y se acepta el mundo comprenderás que el presente es un regalo: “el pasado es historia, el futuro es un misterio y este momento es un regalo. Es por eso que este momento es llamado ‘Presente’.”



Al experimentar esta exaltación del espíritu de todo lo que está vivo, la felicidad nacerá dentro de ti. Dejarás la terrible carga y estorbo de defensa, resentimientos y dolor. Solo entonces te harás ligero de corazón, alegre y libre. Lo que deseas está a tu alcance siempre que lo desees, porque tu deseo está al nivel de la felicidad, no de la ansiedad o miedo.



Experimentarás el flujo de la vida sin esfuerzo o resistencia. Puedes estar seguro de que cuando el momento sea adecuado, tus deseos se manifestarán.





5ª Ley, de la intención y el deseo.




El universo es energía e información. Todo, al reducirlo a su estado cuántico es energía e información; ambos fluyen constantemente en el cosmos.



En tal campo cuántico, o llamado de potencialidad pura, la intención y el deseo transforman. Así los humanos somos especies privilegiadas en el cosmos, pues nuestro sistema nervioso puede modificar el estado de energía o información, además de ser concientes de ello. Nosotros experimentamos tal campo como nuestros propios pensamientos, sentimientos, emociones; es decir, el universo lo experimentamos subjetivamente como extensión de nosotros mismos.



Nuestro cuerpo no está separado del universo, es el mismo campo de potencialidad; allí en el nivel cuántico no hay límites definidos, todo es el mismo ser. Somos como una onda, una convulsión o remolino. En el campo de potencialidad pura. El gran campo cuántico o universo es la extensión de tu cuerpo.



El sistema nervioso no solo es capaz de hacerse conciente del universo, sino que también es capaz de modificar el contenido de información de nuestro cuerpo. Así influimos en la energía e inoformación del universo y logramos manifestar las cosas en él.



Este cambio consciente es producto de dos cualidades de la mente: Atención e Intención. La primera da energía, la segunda la transforma. Aquello que se le ponga aten ción crecerá en nuestra vida; la intención transforma y organiza por si misma su propia realización, siempre y cuando no se trasgredan otras leyes. El pre requisito para accionar el mecanismo de la intención es que  sea usada para beneficio de la comunidad.



La intención es la fuerza detrás del deseo. El deseo por si solo es débil y la intención es poderosa pues ella no tiene apego al resultado, pero si tiene apego a las demás leyes, particularmente a la del Desapego.



La intención combinada con desapego nos lleva a una vida centrada, a tener conciencia del momento presente. Tu intención es para el futuro, tu atención es para el presente. Cuando tu atención esté en el presente, tu intención para el futuro se manifestará porque el futuro se crea en el presente. Esto significa desapego en el resultado o en el futuro.



Si la vida se centra en el presente, los obstáculos imaginarios desaparecen. Los obstáculos reales se transforman en oportunidades. Aprende a usar el poder de la intención y podrás crear cualquier cosa que desees. Aunque es la forma efectiva de lograr algo, no es la ùnica: puedes obtener resultados a través  del esfuerzo y el intento, pero el costo es alto, ya sea un infarto, estrés, ó enfermedad e intranquilidad.



El camino más sencillo a la satisfacción de los deseos es el siguiente:

  • Introducete en la brecha, medita, entra en el espacio silencioso de tus pensamientos. Conéctate al espíritu.
  • Establecido en tal estado del Ser, libera tus intenciones y deseos. Es decir, planta estos en el campo  fértil, pero no desentierres la semilla plantada para ver cómo está creciendo o la forma que ha tomado.
  • Mantente conectado con tu campo de potencialidad pura, con tu propio ser. También significa que no te veas a ti mismo a través de los ojos de los demás, ni te dejes influir por opiniones ó críticas externas.
  • Renuncia al apego al desenlace específico; vive la sabiduría de la incertidumbre. Disfruta cada momento del camino aunque no sepas el destino.
  • Deja que el universo arregle los detalles.



Recuerda que tu verdadera naturaleza es espíritu puro, lleva la conciencia de tu espíritu puro a donde vayas, libera tus deseos y el universo lo arreglará para ti y por ti.


6ª Ley, del Desapego.      




La sabiduría de lo incierto se basa en la liberación de nuestro pasado, de lo conocido, que es la prisión del condicionamiento pasado. Para adquirir cualquier cosa física tienes que renunciar a tu apego a ella. No se renuncia a la intención, o a crear el deseo, sólo se renuncia al resultado. Esta práctica tiene mucho poder.



El aepego tiene su origen en el temor y la inseguridad; la seguridad y el desapego se basan en el conocimiento del verdadero ser. El ser es la fuente de riqueza y abundancia. Fuera del ser, todos son símbolos, símbolos transitorios. Al apegarnos nos conformamos con el mapa en lugar del territorio. Esto crea ansiedad y te hace sentir vacío. En cambio con el desapego se da libertad  para la creatividad.



El apego a lo conocido, es apego al pasado y al condicionamiento de éste. Aquí no hay evolución. Aquí no hay evolución. Lo incierto es suelo fértil para la creación, y por tanto libera el poder organizador del campo de potencialidad pura.  La ley del desapego no interfiere con la ley de la intención, siempre y cuando se hayan establecido tus metas. Se requiere la intención de ir en una dirección. Sin embargo entre el punto a y B hay un factor de incertidumbre y de posibilidades infinitas. Y se puede cambiar de dirección si se encuentra un ideal más elevado o emocionante.



Debes poner tu atención en lo incierto y ser testigo de ello, mientras epseras la solución con expectativa de que salga del caos y confusión. El resultado será fabuloso. Recuerde que dentro de cada problema existe una oportunidad;  y que la “buena suerte” es la mezcla de preparación y oportunidad. Al mezclar ambas, además de practicar la ley del desapego, se trendrá éxito seguro.







7ª ley, del Dharma o propósito en la vida.




Dharma en sánscrito significa propósito de vida. Esta ley dice que somos espíritu o divinidad pura que se ha manifestado en el campo físico para cumplir un propósito. Todos tenemos talentos y necesidades únicas. Descubrir estos talentos y expresarlos creativamente para satisfacer nuestras necesidades hará brotar la abundancia en nuestras vidas.



No debemos preocuparnos por el dinero, por lo material o por algún resultado en específico; pero sí debemos enfocarnos a encontrar dichos talentos. Existen tres componentes del Dharma:



  • Cada persona está en el mundo para descubrir su verdadero ser y saber que éste es espiritual, divino.
  • Debemos encontrar nuestros  talentos únicos y expresarlos en cada instante de nuestra existencia.
  • Debemos servir a la humanidad, a los que nos rodean y preguntarnos “¿Cómo puedo ayudar?



Para aprovechar al máximo la ley del Dharma, se requiere hacer algunos compromisos:





  • A través de la práctica espiritual voy a buscar mi Ser Superior
  • Voy a descubrir mis talentos únicos y al hacerlo voy a disfrutar mi existencia
  • Voy a preguntarme ¿Cuál es la mejor manera para que yo sirva a la humanidad? La responderé y la pondré en práctica



Una forma de orientarse es preguntandose, ¿si el dinero no fuera un obstáculo, qué haría, a qué me dedicaría? Si te dedicas a lo que has respondido estás alineado con tu Dharma. Cuando se combina tu expresión creativa  con  las necesidades del prójimo, la riqueza fluirá espontáneamente de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino espiritual al terreno físico.



Comenzarás a experimentar tu vida como una expresión de divinidad, verdadera alegría y el significado verdadero de éxito, que es éxtasis y exaltación de tu propio espíritu.





Discusión




Hay una secuencia natural en las leyes, que te ayudará a recordarlas y practicarlas: la ley de potencialidad pura es activada por la de “dar y recibir”. A través de las acciones en el dar y recibir activas la ley del Karma, entonces notarás que todo es más fácil y vivirás la ley de la menor energía. Cuando lo  logras, tus deseos e intenciones se manifestarán por la ley de “intención y deseo”. Satisfacer tus deseos sin apego activa la ley del desapego y comenzarás a enfocarte  en tu propósito de vida, experimentando la ley del Dharma.



Es un crimen que alguien sea infeliz, que esté enfermo o que esté debatiendo por existir. De hecho, conformarse con la carencia o limitación es una desviación de la naturaleza divina. Pero no nos confundamos: la prosperidad es una mezcla de muchas cosas y factores: salud, relaciones plenas, sustento espiritual, crecimiento intelectual, trabajo satisfactorio, paz, armonía y posesiones materiales. El deseo es lo que impulsa tu alma a evolucionar.



Si estás aferrado a algo negativo, no hay espacio para que lo positivo llegue a tu vida. Si usted quiere algo, de un poco de eso mismo a la gente que lo rodea, a quien se encuentre en el camino. Si usted ve a su alrededor, está rodeado de bien y riqueza; así la única carencia en el universo es la que usted acepte en su mente. Cree una necesidad en su mente, siembre la semilla del deseo y está creando un espacio para la manifestación material de la abundancia del universo, del Ser Supremo. Pero para entender mejor la abundancia, es como un río que hay que dejar circular. Toda acumulación miserable sólo hará recesión. Haga una prueba, ponga a circular su dinero y por derecho de conciencia verá como su cartera será llenada con abundancia nuevamente. Bendiga su cartera, haga cada pago bendiciendo a su acreedor, y sienta como se crea poderosa energía que creará más abundancia.



Practique la caridad, de a su creador algo de lo que ha recibido. Esto mantiene fluyendo la prosperidad. De sólo el bien a los demás y recibirá solamente bien. Esta ley funciona de esa manera, todo el tiempo, sin excepciones.



Hay muchas cosas que nos atan, que nos mantienen por debajo de lo que deberíamos. Algunos ejemplos son: el resentimiento, el rencor, la envidia. Para liberar la energía creadora, la abundancia, debemos hacer uso de un poderoso mecanismo: el perdón. Perdone a todos aquellos con quienes no esté en armonía. Pida perdón (al menos mentalmente) a las personas que haya dañado en el pasado o con las que se encuentre en situación de inarmonía. Perdónese también a sí mismo.



En medida de que nos hacemos concientes de estas leyes y de que las vivimos comenzaremos a vivir en abundancia, prósperamente.

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