Ya había dicho que comentaría el transcurrir de los días posteriores al maratón y lo he estado dejando... Una reciente carrera con unos amigos me empujó a concretar dicho post que debo.
Básicamente y a nivel físico tengo la fortuna de que pocas, muy pocas, veces me duele el cuerpo o músculos al día siguiente de una carrera demandante. El maratón no fue excepción, pues al día siguiente me levanté fresco con ganas de caminar y sin dolor. No tenía dolor, de nada, nada. No necesité analgésico alguno. Mis pies, no tenían ampollas, o al menos no grandes; ni uñas levantadas o negras. Físicamente estaba como si no hubiera corrido el día anterior.
Emocionalmente, y es aquí dónde está el punto que quiero comentar, la sensación es muy peculiar y la he vivido en un par de ocasiones más. He visto como mis amigos lo vivieron en la carrera de montaña más larga que habían hecho (más de 27km con 900m de ascenso) y eso detonó esta publicación de hoy.
Cuando te das cuenta que alcanzaste el objetivo que quizá creías lejano y difícil; cuando sientes que puedes, y comprendes que las trabas están en tu mente y no en tu cuerpo, que tus miedos te frenaban... una vez que consigues tu meta, como es el caso de terminar mi maratón, o la demandante carrera que planeabas desde hace mucho, terminarás con una sensación de ser un todo - poderoso, un orgullo y satisfacción que se desbordan, una alegría y energía inconmensurables. Te sentirás que puedes lograrlo todo...
Así me desperté sintiendo el día posterior al maratón, y el efecto te dura semanas. Es agradable, y creo que se refleja pues la gente lo nota y te lo dirá. Incluso, creo que es magnético, pues te atraerá gente positiva a tu vida.
Por desgracia, mis amigos, al día siguiente que terminamos la carrera de montaña amanecieron con dolor en las pantorrillas, uñas de los pies y rodillas. Suelo sugerir (no soy médico, no deberían de hacerme caso) algo de paracetamol el día siguiente a la carrera; pero antes, recién terminada la competencia, un Alka seltzer con agua.
Pues, alegres y satisfechos saludos.
Básicamente y a nivel físico tengo la fortuna de que pocas, muy pocas, veces me duele el cuerpo o músculos al día siguiente de una carrera demandante. El maratón no fue excepción, pues al día siguiente me levanté fresco con ganas de caminar y sin dolor. No tenía dolor, de nada, nada. No necesité analgésico alguno. Mis pies, no tenían ampollas, o al menos no grandes; ni uñas levantadas o negras. Físicamente estaba como si no hubiera corrido el día anterior.
Emocionalmente, y es aquí dónde está el punto que quiero comentar, la sensación es muy peculiar y la he vivido en un par de ocasiones más. He visto como mis amigos lo vivieron en la carrera de montaña más larga que habían hecho (más de 27km con 900m de ascenso) y eso detonó esta publicación de hoy.
Cuando te das cuenta que alcanzaste el objetivo que quizá creías lejano y difícil; cuando sientes que puedes, y comprendes que las trabas están en tu mente y no en tu cuerpo, que tus miedos te frenaban... una vez que consigues tu meta, como es el caso de terminar mi maratón, o la demandante carrera que planeabas desde hace mucho, terminarás con una sensación de ser un todo - poderoso, un orgullo y satisfacción que se desbordan, una alegría y energía inconmensurables. Te sentirás que puedes lograrlo todo...
Así me desperté sintiendo el día posterior al maratón, y el efecto te dura semanas. Es agradable, y creo que se refleja pues la gente lo nota y te lo dirá. Incluso, creo que es magnético, pues te atraerá gente positiva a tu vida.
Por desgracia, mis amigos, al día siguiente que terminamos la carrera de montaña amanecieron con dolor en las pantorrillas, uñas de los pies y rodillas. Suelo sugerir (no soy médico, no deberían de hacerme caso) algo de paracetamol el día siguiente a la carrera; pero antes, recién terminada la competencia, un Alka seltzer con agua.
Pues, alegres y satisfechos saludos.
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